Concierto de Alumnos

29 de febrero de 2016

          Percusión: Acción y efecto de percutir. (Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, 23.ª ed. Madrid: Espasa, 2014).

          La percusión, al igual que la voz, es uno de los instrumentos más antiguos que existen. El origen de la percusión se remonta al acto inconsciente del hombre primitivo de golpear el suelo con los pies, golpearse el pecho, o dar palmadas con las manos o sobre el cuerpo. Sin embargo, no es necesario retroceder un salto en la evolución humana para ser percusionista. Desde el sentido más puramente biológico, como pueden ser los latidos del corazón, hasta la acción cotidiana que menos puedes imaginar, como podría ser caminar, subir el volumen de la televisión, o escribir por whatsapp, sigue unos determinados patrones rítmicos. En definitiva, todos somos en parte percusionistas. No obstante, la percusión es un mundo muy grande, hay muchos instrumentos que dominar, muchos instrumentos que requieren conocimientos especializados, dominarlos y adquirir un control absoluto sobre la sonoridad y el timbre es la labor del percusionista profesional.

           En este concierto, se pudo observar un despliegue de la gran versatilidad de instrumentos de percusión y efectos que pueden realizarse. Además podremos percatarnos de un enfrentamiento entre música oriental (música en la que predominan los sonidos no temperados, la estabilidad, la inercia, los sonidos múltiples, la polirritmia, la arritmia y las improvisaciones) y música “europea” (fuertemente influenciada por la cultura, la sociedad, la economía intenta expresar sentimientos mediante su música); músicas que a pesar de ser muy diferentes, tienen como factor común encontrar el equilibrio entre sonoridad y ritmo.

Al igual que el “Yin y Yang”, exponen la dualidad de todo lo existente en el universo (Tierra/Cielo, oscuridad/luz, pasividad/actividad, bueno/malo…) las obras seleccionadas en el programa presentan dualidades las cuales llegarán a un clímax donde una dualidad se enfrentaría a la otra y finalmente se resolverá el conflicto (o no…) encontrando tras su interpretación el perfecto equilibrio entre sonoridad y ritmo.